jueves, 22 de noviembre de 2007

El dramaturgo


Al gabinete del doctor entra un personaje apagado, con una mirada opaca y la fisonomía acatarrada. A juzgar por las medidas de la nariz y la expresión sombría y melancólica del rostro, el personaje no es ajeno a las bebidas alcohólicas, la coriza crónica y la filosofía.
Éste se sienta en la butaca y se queja del ahoguío, el eructo, la pirosis, la melancolía y el sabor repulsivo en la boca.
-¿A qué se dedica usted? -pregunta el doctor.
-¡Yo soy dramaturgo! -declara el personaje no sin orgullo.
El doctor, al instante, se llena de estimación al paciente y sonríe con respeto.
-Ah, es una especialidad tan única... -farfulla. -¡Hay ahí tal cantidad de trabajo puramente cerebral, nervioso!
-Su-pon-go.
-Los escritores son tan únicos... sus vidas no se parecen a la vida de las personas comunes... y por eso, yo le rogaría que me describiera su modo de vida, sus ocupaciones, costumbres, situación... en general, el precio que paga usted por su actividad...
-Permítame... -conviene el dramaturgo. -Me levanto yo, señor mío, a eso de las doce, a veces y antes... Al levantarme, enseguida me fumo un cigarrillo y me tomo dos copitas de vodka, a veces tres... A veces, por lo demás, cuatro, a juzgar por cuánto tomé la víspera... Así... Si no tomo, pues empiezan a chispearme los ojos y a latirme la cabeza.
-Probablemente, ¿usted, en general, bebe mucho?
-Noo, ¿de dónde mucho? Si yo tomo en ayunas, pues eso depende, simplemente, como supongo, de los nervios... Después, tras vestirme, voy al Livorno1 o a Savrasiénkov2, donde desayuno... Mi apetito, en general, es malo... Como en el desayuno lo más mínimo: una albóndiga o media porción de esturión con rábano. A propósito, te tomas unas tres-cuatro copitas, y aún no tienes apetito... Después del desayuno, cerveza o vino, de acuerdo a las finanzas...
-Bueno, ¿y después?
-Después voy a algún lugar como la cervecería, de la cervecería de nuevo al Livorno, a jugar billar... Pasas así unas seis horas, y vas a almorzar... Almuerzo yo de modo infame... Me cree, te tomas unas seis-siete copitas otra vez, ¡y de apetito ni, ni! Te da envidia mirar a la gente: todos toman sopa, y yo esa sopa no la puedo ver, y en lugar de comer tomo cerveza... Después de almuerzo voy al teatro...
-Hum... ¿El teatro, probablemente, le inquieta?
-¡Terrriblemente! Me inquieta e irrita, y ahí aún están los amigos a cada rato: ¡tomamos y tomamos! Con uno tomo vodka, con el otro tinto, con el tercero cerveza, y cuando miras, hacia el tercer acto ya apenas te tienes sobre los pies... El diablo sabe, esos nervios... Después del teatro vas al Salón3 o a la mascarada de Rrrodon4... Del Salón o la mascarada, usted mismo entiende, no te escapas pronto... Si por la mañana te despiertas en casa, pues da gracias a eso... Otras veces, por semanas enteras, no pasas la noche en casa...
-Hum... ¿observa la vida?
-Bueeno, sí... Una vez, se me alteraron los nervios hasta tal punto, que no viví en la casa todo un mes, y hasta olvidé mi dirección... Tuve que arreglármelas en el buró de direcciones... ¡Y como ve, así es casi cada día!
-Bueno, ¿y las piezas, cuándo las escribe?
-¿Las piezas? ¿Cómo decirle? -se encoge de hombros el dramaturgo. -Todo depende de las circunstancias...
-Tómese el trabajo de describirme su mismo proceso de trabajo...
-Antes que todo, señor mío, me cae en las manos casualmente, o a través de los amigos, -¡yo mismo pues nunca tengo tiempo de velar!- alguna cosita francesa o alemana. Si sirve, pues se la llevo a mi hermana o alquilo por unos cinco rublos a un estudiante... Ellos la traducen y yo, entiende, le pergeño las costumbres rusas: en lugar de apellidos extranjeros pongo rusos y demás... Eso es todo... ¡Pero es difícil! ¡Oh, qué difícil!
El personaje apagado pone los ojos en blanco y suspira... El doctor empieza a palparlo, auscultarlo y palmarlo...

1Livorno, restaurante moscovita en el Callejón periodístico, donde se reúnen los actores.
2K.E. Savrasiénkov, dueño de un hotel y un restaurante en el boulevard Tvierdskáya de Moscú.
3Salon des variétés, centro de música y diversión en la Gran Dmítrovka de Moscú, anunciado en los periódicos.
4V.I. Rodon, actor cómico del Teatro de opereta de Moscú y miembro del grupo teatral de Mijaíl Lientóvskii.

Título original: Dramaturg, publicado por primera vez en la revista Svierchok, 1886, Nº 46, con la firma: "El hombre sin bazo".
Imagen: Ilya Repin, Portrait of the Lawyer Vladimir Spasovitch, 1891.