lunes, 26 de noviembre de 2007

A la americana


Teniendo la fortísima intención de ingresar al más legalísimo matrimonio, y recordando que ningún matrimonio se las arregla sin una persona del sexo femenino, tengo el honor, la dicha y el placer de rogar muy humildemente a las viudas y las señoritas, prestar su benévola atención a lo siguiente:
Yo soy un hombre, eso ante todo. Eso es muy importante para las señoritas, por supuesto. De 2 arhíns1 8 viershóks2 de estatura. Joven. Los años maduros me quedan lejos, como al chorlito el día de Pedro. Ilustre. No bonito pero no feo, y tanto no tan feo que en la oscuridad, de modo reiterado, por error, fui tomado por un bonito. Los ojos los tengo castaños. En las mejillas (¡ay!) no tengo hoyuelos. Dos dientes molares están arruinados. De maneras elegantes no puedo jactarme, pero de la fortaleza de mis músculos no le permito dudar a nadie. De guantes uso el Nº 7 ¾ . Excepto unos padres pobres pero nobles, no tengo nada. Por lo demás, tengo un futuro brillante. Soy un gran aficionado de las bonitas en general, y de las sirvientas en particular. Creo en todo. Me dedico a la literatura, y tan exitosamente, que raras veces derramo lágrimas sobre el buzón de correo de La libélula. Intento escribir en el futuro una novela, en la que la heroína principal (una hermosa pecadora) será mi esposa. Duermo 12 horas al día. Como bárbaramente, mucho. El vodka lo bebo sólo en compañía. Tengo buenos conocidos. Conozco a dos literatos, un versificador y dos parásitos que aleccionan a la humanidad en las páginas de La gaceta rusa3. Mis poetas preferidos son Pushkarióv4, y a veces yo mismo. Soy enamoradizo y no celoso. Quiero casarme por razones conocidas sólo de mí y de mis acreedores. ¡Así soy yo! Y miren cómo debe ser mi novia:
Viuda o señorita (eso, como a ella le plazca), no mayor de 30 y no menor de 15 años. No católica, o sea, sabedora de que en este mundo no hay impecables, y en todo caso no hebrea. La hebrea siempre va a preguntar: “¿Y por qué tú escribes por renglones?” ¿Y por qué no fuiste a ver a pápienka, él te enseñaría a acumular dinero?”, y a mí eso no me gusta. Rubia de ojos azules, y (por favor, si se puede) de cejas negras. No pálida, no rosada, no delgada, no rolliza, no alta, no baja, simpática, no poseída por los demonios, no pelada, no habladora ni hogareña. Ella debe:
Tener buena letra, porque yo necesito una copista. Trabajo de copista hay poco.
Amar las revistas en las que yo colaboro, y atenerse en su vida a la tendencia de éstas.
No leer La Distracción5, el Semanario de Tiempo nuevo6, Nana7, no conmoverse con los editoriales de Las noticias moscovitas8, y no caer desmayada con tales artículos de La orilla9.
Saber: cantar, bailar, leer, escribir, cocinar, freír, asar, ser cariñosa, hornear (pero no jurar), prestarle dinero al esposo, vestirse con gusto por sus propios medios (NB) y vivir en absoluta sumisión.
No saber: molestar, susurrar, chillar, gritar, morder, enseñar los dientes, golpear la vajilla y hacerle ojitos a los amigos en casa.
Recordar que los cuernos no sirven de adorno al hombre, y que mientras más cortos sean éstos, tanto mejor y seguro para ése, que va a pagar por los cuernos con gusto.
No llamarse Matrióna, Akulína, Avdótia ni por otros nombres vulgares semejantes, sino llamarse de algún modo más noble (por ejemplo, Ólia, Liénochka, Marúska, Kátia, Lípa y por el estilo).
Tener a su mámienka, es decir a mi profundamente estimada suegra, a treinta y nueve leguas de mí (si no, en caso contrario, no respondo de mí) y
Tener minimum 200 000 rublos de plata.
Por lo demás, el último punto se puede cambiar, si le place a mis acreedores.

1Arshín, antigua medida rusa igual a 0,71 m.
2Viershók, antigua medida rusa igual a 4,4 cm.
3La gaceta rusa, periódico político, social, económico y literario de Moscú, órgano monárquico.
4Nikolai Pushkarióv, dramaturgo, traductor, poeta que publica sus poemas en Luz y sombra y en El rumor mundano, revistas bajo su edición.
5La distracción, revista semanal literaria y humorística de Moscú.
6Semanario de Tiempo nuevo, revista literaria y científica de San Petersburgo, de tendencia conservadora.
7Nana, novela de Emilio Zola sobre una muchacha pobre que se hace cortesana y humilla a la clase responsable de su desgracia anterior.
8Las novedades moscovitas, periódico político, social y económico de Moscú, de tendencia conservadora.
9La orilla, periódico conservador de San Petersburgo.

Título original: Po-amerikanski, publicado por primera vez en la revista Striekoza, 1880, Nº 49, con la firma: “Antosha Ch.”.
Imagen: The Marlboro man, Leo Burnett Co.