¡Muy señor mío, sr. Redactor!
Ahora recién supe, que en el número de noviembre de los Apuntes patrios (¡yo soy liberal, pero reconozca pues, que este periódico se embriagó de realismo!) hablaron de mi revista El amigo de las damas1, editada en Moscú. (Precio de suscripción: en Moscú 6 r., y en otras ciudades 7. ¡A Petersburgo no enviaremos ni un número, por ningún dinero! En Petersburgo viven todos los burlones). Cierto N.M. (indudablemente, un hombre), en su artículo El alfabeto olvidado2, se atrevió a atacar a las mujeres indefensas, a burlarse de ellas, a deshonrarlas, aborrecerlas. “Muchas mujeres no sospechan que en Moscú tienen un amigo”, escribe él con ironía. Él se ríe de mí y de mis colaboradoras (¡pobres mías!), y de nuestros descubrimientos, que descubrimos en nuestra redacción.
Y entre tanto, nuestros descubrimientos son dignos lejos no de risa. Nosotras, las indefensas, estamos orgullosas de éstos... ¡Ah! Nosotras descubrimos que esta tierra es negra, esta gente desdichada porque se embriagó de realismo. Nosotras descubrimos que los valets de corazón no son otra cosa, que los representantes del materialismo extremo, que hunde al mundo. ¿Acaso no es verdad? Nosotras luchamos contra el realismo y el materialismo, aunque no tenemos idea ni de lo uno, ni de lo otro. N.M. se ríe de cada artículo, se mofa de cada palabra... Bueno, supongamos que somos unas analfabetas, unas rutinarias, que luchamos no por nuestra causa... ¡Supongamos! ¡Pero es que él es un caballero, cher redacteur3! ¡Él es un caballero, y nosotras unas damas, y unas damas indefensas! Nosotras somos mujeres. Si él se permitiera cometer esa insolencia en un baile, pues lo sacarían.
Y los Apuntes patrios... ¡Se atrevieron! ¡Yo soy liberal, pero reconozca pues, finalmente, que esta revista se embriagó de realismo! ¡Cuídese sr. Schedrín! ¡Llegará la terrible hora de la venganza, y no lo salvará a usted su materialismo! Nosotras triunfaremos, ¡y El amigo de las damas liberará a esta tierra desdichada, a esta gente del realismo y del materialismo!
PS. Ahora eché una ojeada al diccionario de Bourdon 40 000 palabras extranjeras... Ahora sé qué es el realismo y el materialismo.
¡Pobres, qué lástima me dan!
J’... Je dis que4
1El amigo de las mujeres, revista de Moscú editada por M.S. Boguslávskaya.
2En su artículo El alfabeto olvidado, de Apuntes patrios, Nikolai Mijailóvskii critica el “espíritu descarado” de los artículos religioso-morales de El amigo de las mujeres, su “embrollo místico”, sus “ataques infundados” contra el realismo y el materialismo, su “total olvido” de las verdaderas condiciones de vida de las mujeres rusas (1882, Nº 11, noviembre).
3Cher redacteur, querido redactor.
4J’... Je dis que, Yo…Yo digo que.
Título original: Pismo v redaktziyu, publicado por primera vez en el almanaque Literaturnaya misl, 1923, lib. II, pag. 211.
Imagen: Valentin Serov, Portrait of the Actress Maria Yermolova, 1905.
Ahora recién supe, que en el número de noviembre de los Apuntes patrios (¡yo soy liberal, pero reconozca pues, que este periódico se embriagó de realismo!) hablaron de mi revista El amigo de las damas1, editada en Moscú. (Precio de suscripción: en Moscú 6 r., y en otras ciudades 7. ¡A Petersburgo no enviaremos ni un número, por ningún dinero! En Petersburgo viven todos los burlones). Cierto N.M. (indudablemente, un hombre), en su artículo El alfabeto olvidado2, se atrevió a atacar a las mujeres indefensas, a burlarse de ellas, a deshonrarlas, aborrecerlas. “Muchas mujeres no sospechan que en Moscú tienen un amigo”, escribe él con ironía. Él se ríe de mí y de mis colaboradoras (¡pobres mías!), y de nuestros descubrimientos, que descubrimos en nuestra redacción.
Y entre tanto, nuestros descubrimientos son dignos lejos no de risa. Nosotras, las indefensas, estamos orgullosas de éstos... ¡Ah! Nosotras descubrimos que esta tierra es negra, esta gente desdichada porque se embriagó de realismo. Nosotras descubrimos que los valets de corazón no son otra cosa, que los representantes del materialismo extremo, que hunde al mundo. ¿Acaso no es verdad? Nosotras luchamos contra el realismo y el materialismo, aunque no tenemos idea ni de lo uno, ni de lo otro. N.M. se ríe de cada artículo, se mofa de cada palabra... Bueno, supongamos que somos unas analfabetas, unas rutinarias, que luchamos no por nuestra causa... ¡Supongamos! ¡Pero es que él es un caballero, cher redacteur3! ¡Él es un caballero, y nosotras unas damas, y unas damas indefensas! Nosotras somos mujeres. Si él se permitiera cometer esa insolencia en un baile, pues lo sacarían.
Y los Apuntes patrios... ¡Se atrevieron! ¡Yo soy liberal, pero reconozca pues, finalmente, que esta revista se embriagó de realismo! ¡Cuídese sr. Schedrín! ¡Llegará la terrible hora de la venganza, y no lo salvará a usted su materialismo! Nosotras triunfaremos, ¡y El amigo de las damas liberará a esta tierra desdichada, a esta gente del realismo y del materialismo!
Redactora Boguslávskaya.
PS. Ahora eché una ojeada al diccionario de Bourdon 40 000 palabras extranjeras... Ahora sé qué es el realismo y el materialismo.
¡Pobres, qué lástima me dan!
J’... Je dis que4
1El amigo de las mujeres, revista de Moscú editada por M.S. Boguslávskaya.
2En su artículo El alfabeto olvidado, de Apuntes patrios, Nikolai Mijailóvskii critica el “espíritu descarado” de los artículos religioso-morales de El amigo de las mujeres, su “embrollo místico”, sus “ataques infundados” contra el realismo y el materialismo, su “total olvido” de las verdaderas condiciones de vida de las mujeres rusas (1882, Nº 11, noviembre).
3Cher redacteur, querido redactor.
4J’... Je dis que, Yo…Yo digo que.
Título original: Pismo v redaktziyu, publicado por primera vez en el almanaque Literaturnaya misl, 1923, lib. II, pag. 211.
Imagen: Valentin Serov, Portrait of the Actress Maria Yermolova, 1905.