Junto a la cama del enfermo están parados los doctores Popóv y Miller, y discuten:
Popóv. Yo, confieso, soy un mal partidario del método conservador.
Miller. Yo, colega, no le hablo nada del conservadurismo... Su cuestión es creer o no creer, reconocer y no reconocer... Yo hablo del régimen, que se debería cambiar in concreto...
Enfermo. ¡Oh! (Se levanta a la fuerza de la cama, va hacia la puerta y se asoma con timidez a la habitación contigua.) Ahora pues las paredes oyen.
Popóv. Él se queja de que en el pecho le aprieta... oprime... asfixia... No nos arreglamos sin un estimulante fuerte...
El enfermo gime y se asoma a la ventana con timidez.
Miller. Pero antes de darle el estimulante, yo le rogaría prestar atención a su constitución...
Enfermo (palidecido.) ¡Ah, señores, no hablen tan alto! Yo soy un hombre de familia... empleado... Bajo las ventanas pasa gente... yo tengo sirvienta... ¡Ah! (Sin esperanzas deja de la mano.)
Título original: U posteli bolnovo, publicado por primera vez en la revista Oskolki, 1884, Nº 48, con la firma: “El hombre sin bazo”.
Popóv. Yo, confieso, soy un mal partidario del método conservador.
Miller. Yo, colega, no le hablo nada del conservadurismo... Su cuestión es creer o no creer, reconocer y no reconocer... Yo hablo del régimen, que se debería cambiar in concreto...
Enfermo. ¡Oh! (Se levanta a la fuerza de la cama, va hacia la puerta y se asoma con timidez a la habitación contigua.) Ahora pues las paredes oyen.
Popóv. Él se queja de que en el pecho le aprieta... oprime... asfixia... No nos arreglamos sin un estimulante fuerte...
El enfermo gime y se asoma a la ventana con timidez.
Miller. Pero antes de darle el estimulante, yo le rogaría prestar atención a su constitución...
Enfermo (palidecido.) ¡Ah, señores, no hablen tan alto! Yo soy un hombre de familia... empleado... Bajo las ventanas pasa gente... yo tengo sirvienta... ¡Ah! (Sin esperanzas deja de la mano.)
Título original: U posteli bolnovo, publicado por primera vez en la revista Oskolki, 1884, Nº 48, con la firma: “El hombre sin bazo”.
Imagen: Constantin Korovin, In a Room, 1886.