En una sala de papel tapiz celeste se declaraban el amor.
Un joven de apariencia agradable estaba con una rodilla hincada ante una muchacha, y juraba.
-¡Vivir sin usted, yo no puedo, mi querida! ¡Se lo juro! –se sofocaba. -¡Desde el momento en que la vi, perdí la calma! Querida mía, dígame... dígame... ¿Si o no?
La muchacha abrió la boca para responder, pero en ese momento apareció en la puerta la cabeza de su hermano.
-¡Lilly, un minuto! –dijo el hermano.
-¿Qué quieres? –preguntó Lilly, saliendo hacia el hermano.
-Disculpa, mi querida, que los molesté, pero... yo soy tu hermano, y mi obligación sagrada es prevenirte... Sé muy cuidadosa con ese señor. Muérdete la lengua... Cuídate de decir algo de más.
-¡Pero él me hace una propuesta!
-Eso es asunto tuyo... Declárate a él, cásate con él, pero por Dios, sé cuidadosa... Yo conozco a ese sujeto... ¡Es un canalla de marca mayor! Ahora mismo te denuncia, si hay algo...
-Merci, Max... ¡Y yo no sabía!
La muchacha regresó a la sala. Le respondió al joven “sí”, se besó con él, se abrazó, juró, pero fue cuidadosa: habló sólo de amor.
Título original: Znamenie vremeni, publicado por primera vez en la revista Oskolki, 1883, Nº 43, con la firma: “El hombre sin bazo”.
Un joven de apariencia agradable estaba con una rodilla hincada ante una muchacha, y juraba.
-¡Vivir sin usted, yo no puedo, mi querida! ¡Se lo juro! –se sofocaba. -¡Desde el momento en que la vi, perdí la calma! Querida mía, dígame... dígame... ¿Si o no?
La muchacha abrió la boca para responder, pero en ese momento apareció en la puerta la cabeza de su hermano.
-¡Lilly, un minuto! –dijo el hermano.
-¿Qué quieres? –preguntó Lilly, saliendo hacia el hermano.
-Disculpa, mi querida, que los molesté, pero... yo soy tu hermano, y mi obligación sagrada es prevenirte... Sé muy cuidadosa con ese señor. Muérdete la lengua... Cuídate de decir algo de más.
-¡Pero él me hace una propuesta!
-Eso es asunto tuyo... Declárate a él, cásate con él, pero por Dios, sé cuidadosa... Yo conozco a ese sujeto... ¡Es un canalla de marca mayor! Ahora mismo te denuncia, si hay algo...
-Merci, Max... ¡Y yo no sabía!
La muchacha regresó a la sala. Le respondió al joven “sí”, se besó con él, se abrazó, juró, pero fue cuidadosa: habló sólo de amor.
Título original: Znamenie vremeni, publicado por primera vez en la revista Oskolki, 1883, Nº 43, con la firma: “El hombre sin bazo”.
Imagen: Pierre Renoir, Baile en el campo, 1883.