viernes, 14 de diciembre de 2007

Reglas veraniegas


.Se prohíbe vivir en la casa de campo a los locos, los insensatos, los portadores de enfermedades contagiosas, los ancianos, los menores de edad y a quienes se encuentran en el orden de los rangos bajos, ya que en ningún lugar hay tanto peligro de contraer matrimonio legal, como al aire libre.
.Vivid, creced y multiplicaos.
.Si tú, sentado en la casa de una vecina hospitalaria, te tomaste tres tacitas de té y, tras todo eso, sentiste de pronto en tus entrañas la irritación de las mentes pues, sin acudir a ningún remedio farmacéutico, ponte el gorro y vete.
.Al bañarte en el río no te pongas de espalda a la orilla, ya que en la última, en ese momento, puede haber damas.
.Los granos en los labios por los besos frecuentes se curan no tanto con los ungüentos, como con los sermones de los padres y los suegros.
.Si te salió un flemón en la mejilla izquierda, pues trata con todas tus fuerzas que te salga un flemón igual en la derecha, ya que nada acaricia tanto la vista como la simetría.
Observación. Si tienes un flemón, pues no permitas a tu esposa pegarte en la mejilla.
.Si pápienka te convida con tabacos de modo gratuito, y te oculta afanosamente que su mobiliario e inmobiliario está empeñado, si mámienka te convida con café y futilezas de hojaldre, si su hijita canta La luna nada1 y no teme quedarse a solas contigo, pues corre por el alguacil: te quieren envolver.
.No aplastar la hierba, no ensuciar la tierra y no romper los abedules. Lo último puede ser permitido sólo en interés de la pedagogía y la justicia2.
.Si estás enamorado, pues toma: ½ libra de casia, un litro de vodka, una cucharita de aguarrás, ¼ de libra de sangre sietehermanos y ½ libra de Las novedades de Petersburgo quemadas, mezcla todo eso y consúmelo en una dosis. La enfermedad ocasionada por este remedio te obligará a salir de la casa de campo a la ciudad por ayuda médica, y no estarás para el amor.
.A los alguaciles y los porteros se les impone la obligación de observar por: a)que las declaraciones de amor se hagan en un estilo elevado; b)que en esas declaraciones no haya expresiones inclinadas a la destrucción del sentido común permitido por la ley; c)que los pupilos de los centros docentes, al declarar el amor sólo en latín o en griego, estén en plena forma, aprecien el honor de su centro docente y, al conjugar el verbo “amar”, no se salgan de los límites señalados por Kuner3; d)que las personas por debajo del titular se mantengan a prudente distancia de las hijas de las personas no por debajo de V clase.
.A los dueños de casas de campo y los comisarios de distrito, se recomienda inculcar en los jóvenes que las expresiones como: “¡Yo estoy listo a dar por ti todo el mundo! ¡Tú para mí vales más que la vida!” y demás, por lo menos, están fuera de lugar, ya que éstas pueden inculcar en los porteros y los alguaciles conceptos tergiversados sobre los objetivos de la vida y la grandeza del universo.
.Al acostarte a dormir ponte, en caso de lluvia fuerte por la noche, los chanclos, y cúbrete con la lona, alegrándote de que a través de la lona se puede oír el murmullo de tu esposa, el lamento de tus niños helados y los silbatos policiales.
.En caso de que te despojen los rateros veraniegos, pues ingresa a los alguaciles y véngate. Otra salida no hay.
.Para resguardar tu casa de campo de la invasión de los parientes y los amigos, expande el rumor de tu no confiabilidad.
.En general: no andes en pantalón claro, no tomes kvas después de la leche, templa tu oído con los conciertos felinos y el “estilo” elevado de las viejas doncellas, come de gratis, toma aguachirle, ama a cuenta de Sheremétiev, menosprecia los elementos, paga los festivos puntualmente, respeta a tus padres, ama al jefe, y serás feliz.

1“La luna nada por las nubes de la noche”, estrofa inicial de El tigrecito, serenata popular de Konstantín Shilóvskii.
2En Rusia, en esa época, se zurra a los niños con ramas de abedul.
3Gramática elemental de la lengua latina, de R. Kuner (SPb., 1863).

Título original: Dachnie pravila, publicado por primera vez en la revista Oskolki, 1884, Nº 21, con la firma: “A. Chejonté”.
Imagen: Claude Monet, Woman in the Garden, 1867