lunes, 3 de diciembre de 2007

Mi aniversario


¡Jóvenes y doncellas!
Hace tres años sentí la presencia de esa llama sagrada, por la que fue encadenado a la roca Prometeo... Y hace tres años que, con mano dadivosa, envío a todos los confines de mi patria inmensa mis obras, que han pasado por el purgatorio de la recordada llama. Escribí en prosa, escribí en verso, escribí en todas las medidas, maneras y escalas, de gratis y por dinero, escribí a todas las revistas, pero... ¡¡¡ay!!!... los envidiosos hallaron necesario no publicar mis obras, y si publicarlas, pues infaliblemente en los Buzones de correo. Sembré medio centenar de timbres de correo en El campo, ahogué cien en El Néva, quemé decenas en El fueguito, malgasté quinientos en La libélula. En resumen: ¡entre todas las respuestas de todas las redacciones recibí, desde el inicio de mi actividad literaria hasta el día de hoy, exactamente dos mil! Ayer recibí la última de éstas, semejante por su contenido a todas las restantes. En ningún lugar hubo, ni siquiera, una insinuación al “sí”. ¡Jóvenes y doncellas! La parte material de cada envío mío a la redacción me salía, por lo menos, en un gríviennik; por consiguiente, yo malgasté en el pasatiempo literario 200 rub. ¡Y pues con 200 rub. se puede comprar un caballo! De ingresos anuales yo tengo 800 francos, solamente... ¡¡¡Entiendan!!! Y debí pasar hambre por que celebraba la naturaleza, el amor, los ojos de las mujeres, por que lanzaba flechas venenosas a la codiciosa, pérfida Albión, por que compartía mi llama con... los srs. que me escribían las respuestas... ¡Dos mil respuestas, doscientos y tantos rublos, y ni un “sí”! ¡Tfú!, y junto a esto un tema aleccionador. ¡Jóvenes y doncellas! Celebro hoy mi aniversario del recibo de la respuesta dos mil, levanto la copa por el término de mi actividad literaria y me duermo en los laureles. ¡O me señalan a otro que haya recibido en tres años tantos “no”, o me colocan sobre un sólido pedestal!

El poeta prosista.

Título original: Moi yubilei, publicado por primera vez en la revista Striekoza, 1880, Nº 27, con la firma del texto.
Imagen: Osip Braz, Antón Chejov, 1898.