Hace unos días se presentó en el gabinete del padre el hijo mayor, y le anunció que deseaba salir de su tutela e ingresar a la sociedad por cuenta propia. Este anuncio lo motivó con la reciente llegada de su mayoría de edad (había cumplido exactamente 21 años).
-¡Está bien, hijo mío! –dijo el padre tras escucharlo. -Estoy de acuerdo pero, antes de empezar una vida por cuenta propia, debes pasar conmigo un pequeño examen mundano. Siéntate, te voy a examinar...
El hijo se sentó. El padre frunció el ceño y empezó:
-¿A qué huele en la boca cuando comes embutido?
-A expendio de embutido.
-Así, hijo mío. ¿Qué enjabonan las esposas sin jabón?
-La cabeza de los esposos.
-¿Qué sería, si las personas anduvieran patas arriba?
-Entonces Pirone cosería gorros y Posch cosería zapatos...
-Totalmente cierto. ¿Por qué el agua de mar es salada?
-Porque en ella nadan los arenques...
-¡Viejo, viejo! ¡Inventa algo tuyo!
-El agua de mar es salada porque... porque... en ella se bañan a veces los humoristas.
-Es posible... Antes preguntaban: ¿por qué los gansos nadan? Nosotros respondíamos: por la orilla... Ahora tú respóndeme: ¿de qué se alejan nadando los gansos palmeados?
-De las deudas, del servicio militar...
-¿Por qué no llevan los lentes en el cogote?
-Porque los lentes se rompen con los cogotazos.
-¿Por qué a un hombre no se le puede llamar cerdo?
-Porque te entrega al juez de paz.
-¿Qué pardillo terminó el curso en la universidad?
-El doctor Pardillo1.
-¿A quién se puede llamar criatura caída?
-Al hombre caído del tagarote.
-¿Dónde se puede tomar dinero prestado?..
El hijo levantó la cabeza y se quedó pensativo.
-¿No sabes, hijito? Bueno, no sirves pues tú para la sociedad... ¡Vive bajo mi tutela aún un mes! Dentro de un mes habrá un nuevo examen.
1Doctor Pardillo, médico-psiquiatra de San Petersburgo.
Título original: Ekzamen, publicado por primera vez en el periódico Novosti dnia, 1883, Nº 178, con la firma: “A. Chejov”.
Imagen: Carl von Marr, El Padre, John Marr, 1891.
-¡Está bien, hijo mío! –dijo el padre tras escucharlo. -Estoy de acuerdo pero, antes de empezar una vida por cuenta propia, debes pasar conmigo un pequeño examen mundano. Siéntate, te voy a examinar...
El hijo se sentó. El padre frunció el ceño y empezó:
-¿A qué huele en la boca cuando comes embutido?
-A expendio de embutido.
-Así, hijo mío. ¿Qué enjabonan las esposas sin jabón?
-La cabeza de los esposos.
-¿Qué sería, si las personas anduvieran patas arriba?
-Entonces Pirone cosería gorros y Posch cosería zapatos...
-Totalmente cierto. ¿Por qué el agua de mar es salada?
-Porque en ella nadan los arenques...
-¡Viejo, viejo! ¡Inventa algo tuyo!
-El agua de mar es salada porque... porque... en ella se bañan a veces los humoristas.
-Es posible... Antes preguntaban: ¿por qué los gansos nadan? Nosotros respondíamos: por la orilla... Ahora tú respóndeme: ¿de qué se alejan nadando los gansos palmeados?
-De las deudas, del servicio militar...
-¿Por qué no llevan los lentes en el cogote?
-Porque los lentes se rompen con los cogotazos.
-¿Por qué a un hombre no se le puede llamar cerdo?
-Porque te entrega al juez de paz.
-¿Qué pardillo terminó el curso en la universidad?
-El doctor Pardillo1.
-¿A quién se puede llamar criatura caída?
-Al hombre caído del tagarote.
-¿Dónde se puede tomar dinero prestado?..
El hijo levantó la cabeza y se quedó pensativo.
-¿No sabes, hijito? Bueno, no sirves pues tú para la sociedad... ¡Vive bajo mi tutela aún un mes! Dentro de un mes habrá un nuevo examen.
1Doctor Pardillo, médico-psiquiatra de San Petersburgo.
Título original: Ekzamen, publicado por primera vez en el periódico Novosti dnia, 1883, Nº 178, con la firma: “A. Chejov”.
Imagen: Carl von Marr, El Padre, John Marr, 1891.