viernes, 28 de marzo de 2008

De esto, de aquello...


Una de las piezas del dramaturgo moscovita M-eld1, sufrió un fiasco en su misma primera presentación. Paseándose por el foyer teatral y echando miradas sombrías a los lados, el autor preguntó a un amigo que encontró:
-¿Qué piensa usted de mi pieza?
-Yo pienso –respondió el amigo, –que usted se sentiría mucho mejor ahora, si esa pieza la hubiera escrito no usted, sino yo.

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Un hacendado, tras llamar a su casa a su viejo amigo, mandó a servirle media botella del añejo zimliánskoye...
-Bueno, ¿cómo hallas el vino? –le preguntó al amigo, cuando el vino fue bebido. -¡Qué bouquet, qué fortaleza! Ahora se ve, que tiene cincuenta años...
-Sí- convino el amigo, mirando de soslayo la media botella, -sólo que es muy poco para sus años...

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Un actor importuna a su empresario, rogándole sobre la entrega del salario y amenazando, en caso contrario, con morir de hambruna.
-Basta de mentir pues, padrecito...-dice el empresario. –Por sus mejillas rosadas, rollizas, no se ve que usted se muera de hambre...
-¡Pero qué usted mira la cara! ¡La cara pues no es mía, sino de la dueña! ¡La dueña me alimenta a crédito!

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A un oficial, en Sevastópol, una granada que explotó le arrancó la pierna. Éste no perdió el ánimo, y empezó a usar una extremidad artificial. En la pasada campaña ruso-turca, durante la toma de Pliévna, le arrancaron la otra pierna. Lanzados en su ayuda, los soldados y los oficiales se quedaron perplejos en extremo con su aspecto sereno...
-¡Qué imbéciles pues! –se reía. –Sólo perdieron la carga en vano... ¡No saben, que yo en el convoy tengo aún un par de piernas buenas!

1D.A. Mansfield, dramaturgo fructífero, redactor de la revista ilustrada El arcoiris y de la revista literaria La época.

Título original: O tom, o siom, publicado por primera vez en la revista Oskolki, 1885, Nº 20, con la firma: “El hombre sin bazo”.
Imagen:
Ilya Repin, Portrait of the Chello-Player Alexander Verzhbilovich, 1895.