miércoles, 26 de marzo de 2008

Del diario de una señorita


13 de octubre. ¡Finalmente, en mi calle hay una fiesta1! Miro y no creo a mis ojos. Ante mis ventanas, hacia atrás y adelante, anda un trigueño alto, garboso, con unos ojos negros profundos. ¡Los bigotes son un encanto! Anda ya el quinto día, desde temprano en la mañana hasta tarde en la noche, y siempre mira a nuestras ventanas. Hago ver que no presto atención.
15. Hoy, desde la misma mañana, hay una lluvia torrencial, y él, pobrecito, anda. En recompensa, le hice ojitos y le mandé un beso aéreo. Respondió con una sonrisa cautivadora. ¿Quién es él? Mi hermana Vária dice que él está enamorado de ella, y que se moja bajo la lluvia por ella. ¡Qué subdesarrollada es! Bueno, ¿puede acaso un trigueño amar a una trigueña? Mamá nos mandó a vestirnos mejor y a sentarnos junto a las ventanas. “Puede ser que sea algún ratero, y puede ser que sea un señor honrado” –dijo ella. Quel ratero... ¡Es una tonta usted, mamásha! 
16. Vária dice que yo me comí su vida. ¡Soy culpable yo, de que él me ama a mí, y no a ella! Con descuido le dejé caer una esquela en la acera. ¡Oh, pérfido! Se escribió con una tiza en su manga: “Luego”. Y después anduvo, anduvo, y escribió en las puertas vis-à-vis: “Yo no estoy en contra, sólo que luego”. Escribió con la tiza y lo borró con rapidez. ¿Por qué mi corazón late así? 
17. Vária me golpeó por el pecho con el codo. ¡Vil, envidiosa miserable! Hoy él detuvo al alguacil, y le habló de algo largo tiempo, señalando hacia nuestras ventanas. ¡Una intriga arma! Soborna, debe ser... ¡Son unos tiranos y unos déspotas ustedes, los hombres, pero que pícaros y hermosos son! 
18. Hoy, después de una larga ausencia, llegó por la noche mi hermano Seriózha. No alcanzó a acostarse en la cama, cuando lo llamaron de la comisaría. 
19. ¡Canalla!¡Miseria! Resulta que él, todos estos doce días, seguía las huellas de mi hermano Seriózha, que malgastó el dinero de alguien y se escondió.Hoy escribió en las puertas: “Yo estoy libre y puedo”. Cerdo... Le saqué la lengua. 

1Que haya en mi calle una fiesta (expresión popular), sobre el deseo de la llegada de tiempos mejores, la posibilidad de celebrar algo, y demás. 

Título original: Iz dnievnika odnoi dievitzi, publicado por primera vez en la revista Oskolki, 1883, Nº 44, con la firma : “El hombre sin bazo”.
Imagen: Constantin Korovin, In Front of the Open Window (Shalyapin's Daughters, Irina and Lidya), 1916.