lunes, 22 de febrero de 2010

Chejov a N.A. Léikin


Moscú, 27 de diciembre de 1890.

Y a usted con la misma punta por el costado, buenísimo Nikolai Alexándrovich: lo felicito y le deseo celebrar la navidad 53 veces más.
Mi partida a Petersburgo ha sido aplazada por tiempo indefinido. La razón de eso -el escándalo que se produce en mi entraña. Desde el día de mi llegada a casa, me empezó la tal llamada actividad intermitente del corazón, o, como yo acostumbro a llamar a esa enfermedad, la palpitación del corazón: cada minuto el corazón se me detiene por varios segundos, además, se siente en el pecho la presencia de una pelotita de resina, eso me ocurre cada noche, por las mañanas siento alivio. Estar parado y acostado puedo, estar sentado no es agradable. Tras pensarlo con madurez, decidí: ir por 5-7 días al pueblo, y tan pronto la helada se debilite, iré. Una helada de 22 grados.
Del pueblo vendré por un día a Moscú, y de aquí me largaré a Peter.
Si hoy o mañana veo a Lázariev1, pues lo voy a convencer de ir a Petersburgo2. ¿Por qué no va a ir? Tiene tiempo, dinero y está saludable como un toro. Debería sacar a Pálmin3 también de su nido avinagrado.
Que esté saludable. Mi respeto a Apel Apélich4 y demás hijos de perra: a Rogúlka5, los pachones y a ese de corral, que corre por el patio y atenta contra Rogúlka.
Suyo, A. Chejov.
1Alexánder Lázariev-Gruzínskii, escritor, periodista, poeta.
2Nikolai Léikin invitaba a San Petersburgo a los escritores-colaboradores de Retazos, para celebrar el 10º aniversario de la revista.
3Liódor Pálmin, poeta y traductor.
4Apel Apélich, perro de Nikolai Léikin.
5Rogúlka, perro de Nikolai Léikin.

Imagen: Peter Pawlov, Russian North, Growing Dark, 1993.