Petersburgo, 18 de octubre de 1896.
La pieza se derrumbó y fracasó con estrépito. En el teatro había una tensión pesada, perplejidad e ignominia. Los actores actuaron de modo vil, estúpido.
De aquí la moraleja: no se debe escribir piezas.
Por lo menos, a pesar de todo estoy vivo, saludable, y me encuentro de buena entraña.
Su papásha, Chejov.
1Mijaíl Chejov, hermano del escritor.
Imagen: Alexander Matrehin, Winter, 1995.