miércoles, 16 de septiembre de 2009

El viaje moscovita


-¡El corazón te chorrea sangre, gentil barón, cuando miras a esos mártires infelices! ¡Juzgue, cuán penoso les debe ser viajar en esos coches repulsivos, en ese trineo deforme! Cuántos tormentos y deseos insatisfechos. ¡Los pobres! ¡Y qué penoso debe ser ir a pie! ¡A la fuerza te vuelves una librepensadora, al mirar a esos infelices! ¡No, barón, son necesarias unas reformas, y unas reformas inmediatas! ¡Es necesario, que todos esos infelices puedan viajar en esos carruajes! ¡No sé por qué la prensa calla!
Charabanes y sillas. Se pueden ver en el camino al Parque Petróvskii y a Sokólniki. Los carruajes son excelentes, las sillas también, los caballos admirables, pero los viajeros son terriblemente malos. Ni un viajero decente... Cobarde, cobarde, cobarde...
Carroza teatral. Construida en 1223, y será entregada al archivo no más tarde del 2500. Sirve de instrumento para los intentos de sucidio de los señores artistas y actrices. En solitario en ésta no viajan, sino viajan por centenares, recordando que con personas la muerte es hermosa, que en compañía no da miedo morir. Incluye en sí cinco padres nobles, 26 ingénues, 32 bailarinas y diez viejas cómicas de complexión akimovkiana1. El paseo es gratis.
El mismo trineo. Construido para descarrilarse a cada instante y producir contusiones. Dentro del vagón hay un recipiente con extracto de Saturno, para la curación de las lesiones causadas por el viaje. Arriba cuesta tres kópeks y adentro un quinto. Los boletos son blancos, amarillos, rojos... La sirvienta es notablemente cortés. A las damas les dice “usted” y no maldice cuando le compran el boleto. Dentro de los vagones fumar y armar escándalo (todo, excepto la lectura de La hojita moscovita2) no se permite.
Carruaje del atardecer. Alquilado. Roto, arrugado y salpicado de fango, pero todo eso no se ve al atardecer... Es alquilado preferiblemente por gentlemans retirados y cocottes3. Prevenimos a los inexpertos: se dibuja aquí a esas damas... No lo tomen por algo... Precio 10 rub.
Vánka4... Escupe a los costados, chasquea con los labios, azota con las riendas. De la velocidad no se preocupa.
Intrépido... El artista olvidó las riendas... Habrá que hacerle una amonestación... Ahora no se puede sin las riendas...
Carruaje para gotosos y reumáticos. Un caballo inusitado: no se queja de que no le dan avena.

1Sofía Akímovna, actriz, a menudo interpreta papeles de viejas cómicas.
2La hojita moscovita, periódico político-literario, de la tal llamada "prensa menuda".
3Cocotte, prostituta, buscona, mujer galante.
4Vánka (expresión anticuada), cochero de invierno con coche de plaza, caballo de tiro y arreos viejos.

Título original: Moskovskaya ezda, publicado por primera vez en la revista Zritiel, 1883, Nº 24, sin firma.
Imagen: Iván Kramskoi, Unknown Woman, 1883.