domingo, 7 de marzo de 2010

Chejov a S.N. Filíppov


Moscú, 18 de abril de 1890.

Bueno, gentil Serguéi Nikítovich, hasta pronto, yo desaparezco. Que esté saludable, próspero y escriba más espaciado, para que los redactores lean sus manuscritos.
No olvide al pecador de mí. Toda dádiva es un bien1, y toda línea leída en Sajalín es el canto de los ángeles en el desierto.
Le estrecho la mano fuertemente.
Suyo, A. Chejov.
1De "Toda buena dádiva y todo don perfecto es de lo alto, que desciende del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación" (Epístola de Jacobo, 1:17).

Imagen: Alexander Matrehin, Rostov Velikiy. Western Fasade of the Kremlin, 1992.