domingo, 7 de marzo de 2010

Chejov a N.A. Léikin


Moscú, 31 de marzo de 1890.

¡Cristo resucitó, buenísimo Nikolai Alexándrovich! Lo felicito por la fiesta y tras hacer pascua. Le deseo salud, salvación, buen alcance en todo1, y lo principal: que la abundancia de bienes terrenales en su mesa festiva, no traiga consigo las consecuencias previstas por la medicina en la sección de las enfermedades gastro-intestinales. ¡Que el cielo guarde a sus visitantes!
Pronto me pondré en camino. Espero el deshielo del Káma. Nos veremos en diciembre, y por ahora le ruego no recordarme mal a mí, un pecador. Voy a escribirle rara vez con la esperanza, de que usted no me dejará sin sus cartas. En el destierro yo seré semejante al rico de Lázaro2, para el que un dedo alargado desde otro mundo sirve de placer, de las cartas pues no hay nada que decir. En Sajalín viviré no menos de dos meses. Puede imaginarse el aburrimiento que voy a experimentar por las noches. Mis direcciones sajalinas, japonesas, chinas e indias se las informaré y voy a informar en su tiempo.
¡Pero qué primavera! Ayer me dejé seducir y fui al Jardín Nieskúchnii3. Ya que todo febrero y marzo estuve sentado en casa sin salir, y no advertí el paso del invierno a la primavera, pues en el Nieskúchnii me pareció como si, desde un montón de nieve, hubiera caído directo en la isla de Tahití. El tiempo está excelente y, por desgracia, no hay lluvia. Temo que esta falta de lluvia primaveral desemboque en algo así, como un tifus abdominal.
Cuando en el suelo se producen todos los procesos de corrupción y demás, pues es importante, en el sentido sanitario, que los poros del suelo contaminado, que contiene en sí los gérmenes de la enfermedad, se llenen de agua y que, de esa forma, se obstruya de modo mecánico la trasmisión de esos gérmenes desde el aire atmosférico.
Me fue prometido que yo terminaría hacia abril con las cuentas de los Cuentos abigarrados4. Pero hasta ahora no he recibido ni las cuentas, ni las respuestas a mis cartas. Y yo contaba bastante con los Cuentos abigarrados, en el cálculo de mi viaje. Por lo menos, me será difícil salir antes de que regule mis relaciones financieras.
Dicen que Bilíbin5 recibió una comisión de servicio para el Cáucaso. ¿Es verdad acaso? Me alegro mucho.
Por ahora todo está favorable en Moscú. Los rumores de la azotaina general en Moscú son muy exagerados6.
Reverencio de modo profundo a Praskóvia Nikíforovna, Fedia y Spiridón Matvéevich.
Que esté saludable y próspero, y no nos olvide a los pecadores.
Suyo, A. Chejov.
1Palabras de la Longevidad, oficio religioso ortodoxo.
2
De la parábola del hombre rico y el pobre Lázaro. "Entonces exclamó: 'Padre Abraham, ten piedad de mí y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en el agua y refresque mi lengua, porque estas llamas me atormentan'" (Lucas: 16: 20-21).
3Jardín Nieskúchnii, parque citadino junto al río Moscú, en la antigua posesión del conde A.G. Orlóv-Chesmiénskii.
4Cuentos abigarrados, de Antón Chejov, 1ra edición, en venta en todo el país.
5Víctor Bilíbin (de seudónimo “I. Grek”), escritor humorista, secretario de la revista Retazos.
6Un informe de Las noticias rusas, del 22 de marzo de 1890, refiere: “En los últimos días, en la ciudad, corrieron rumores de modo insistente, sobre una violencia perturbadora ejercida en una de las comisarías de policía, contra el asistente del abogado de jurado A. A. K-vii y el sr. N-skii…”.

Imagen: Alexander Matrehin, The Pskovo-Pecherskiy Monastery, 2007.